martes, 12 de mayo de 2015

CARPINTERÍA EN LA WEISSENHOF

Subiré en primera instancia el trabajo final hoy entregado. Posteriormente, subiré el proceso de su proyección.




Se trata de un taller a dos niveles, que surge de la combinación entre el muro anteriormente realizado, así como con la propia Weissenhof. Así, aprovecha el desnivel propio de la colonia para dar lugar a una zona de trabajo de gran altura ( casi 6 m). El taller tiene dos accesos, el principal está situado en el terreno más elevado. A la izquierda de esta entrada encontramos la zona de oficina, un cubo de cristal al interior de la edificación, y que conserva ventanales en forma de abocinamientos al exterior.
 
Unas escaleras permiten bajar al taller de doble planta. Además, debajo de lo que era la entrada principal y la zona de oficina encontramos un aseo que, al estar "enterrado", tendrá que ser iluminado con luz artificial.
 
En cuanto a la segunda entrada se encuentra en la zona baja del terreno, y permite el acceso directo a la zona de trabajo. Se trata de una doble puerta de cristal amplia, de 2,4 m de radio (1,2 cada hoja) para facilitar el manejo de los materiales de trabajo. He prescindido de zona de almacenamiento en mi taller, puesto que he preferido dedicar la escasa superficie exigida (60m2) a la zona de trabajo. Al ser muy amplia, puede ser utilizada, a su vez, como zona de almacenamiento, abierta directamente a las zonas de taller.
 
Por otro lado, en el taller incide tanto luz natural directa, como luz natural indirecta. Ante la incomodidad del exceso de luz directa, debido a su gran intensidad, he elevado el ventanal horizontal de la fachada sur a la altura de la primera planta, o primer nivel, reduciendo así su intensidad. Además, gracias a su elevada altura (hasta los 6 metros de taller) dará lugar a luz cenital. Por otro lado, la luz indirecta incide por la pared norte, siendo esta íntegramente de cristal.
 
 

EVOLUCIÓN FINAL DEL MURO

Paralelamente a la concreción del taller en el muro de la Weissenhof, éste también ha ido evolucionando. Mantiene casi todo su trazo, salvo pequeñas variaciones que favorecen la integración de la carpintería.

El cambio más notable es, sin embargo, que recupera su carácter inicial; el carácter original. En un primer momento, el primer muro consistía en un muro de doble cara, una con una serie de abocinamientos de cristal y otra cara lisa, de hormigón liso opaco, que constrastaba con la transparencia del cristal.

Sin embargo, el muro fue evolucionando, perdiendo ese carácter que lo dotaba de una doble faceta. Este muro se convirtió en una trama única que se repetía en ambas caras del muro.

A medida que transcurría el curso, y que el taller de carpintería comenzaba a tomar forma fija, fui recuperando estas características primarias. En esta entrega final recupero la doble intención del muro; equiparable a la propia carpintería (en la que hablaré en una entrada posterior), constituida por la fachada principal de abocinamientos , a las que le siguen paredes de hormigón liso combinadas con cristal.


 
 
En cuanto a referencias externas; he tomado rasgos de Tuñón y Mansilla, o incluso de Campo Baeza, para la elaboración del taller, pero sin duda, mi principal referencia ha sido Aires Mateus; con el proyecto de la residencia para tercera edad en Alcacer do Sal.
 





 
Esta referencia se repetirá en la construcción del taller.
También tengo que destacar la fachada del auditorio de León, de Tuñón.
 
 
 
Por último, a pesar de que he ido subiendo los cambios del muro al blog; haré un pequeño resumen de su proceso;
 
Primera idea


Segunda propuesta de trazo


Abocinamientos con juegos de color y luces artificiales

Nuevo cambio de trazado

Cambio del muro de luces artificiales por luces naturales, equipándolo de cristal

Cambio de las dos facetas del muro por una simétrica






Última propuesta de muro antes de su concreción final