Se trata de un taller a dos niveles, que surge de la combinación entre el muro anteriormente realizado, así como con la propia Weissenhof. Así, aprovecha el desnivel propio de la colonia para dar lugar a una zona de trabajo de gran altura ( casi 6 m). El taller tiene dos accesos, el principal está situado en el terreno más elevado. A la izquierda de esta entrada encontramos la zona de oficina, un cubo de cristal al interior de la edificación, y que conserva ventanales en forma de abocinamientos al exterior.
Unas escaleras permiten bajar al taller de doble planta. Además, debajo de lo que era la entrada principal y la zona de oficina encontramos un aseo que, al estar "enterrado", tendrá que ser iluminado con luz artificial.
En cuanto a la segunda entrada se encuentra en la zona baja del terreno, y permite el acceso directo a la zona de trabajo. Se trata de una doble puerta de cristal amplia, de 2,4 m de radio (1,2 cada hoja) para facilitar el manejo de los materiales de trabajo. He prescindido de zona de almacenamiento en mi taller, puesto que he preferido dedicar la escasa superficie exigida (60m2) a la zona de trabajo. Al ser muy amplia, puede ser utilizada, a su vez, como zona de almacenamiento, abierta directamente a las zonas de taller.
Por otro lado, en el taller incide tanto luz natural directa, como luz natural indirecta. Ante la incomodidad del exceso de luz directa, debido a su gran intensidad, he elevado el ventanal horizontal de la fachada sur a la altura de la primera planta, o primer nivel, reduciendo así su intensidad. Además, gracias a su elevada altura (hasta los 6 metros de taller) dará lugar a luz cenital. Por otro lado, la luz indirecta incide por la pared norte, siendo esta íntegramente de cristal.
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